Materia prima

Nuestras ovejas merinas junto con el cuajo vegetal dan lugar a un producto de inigualable calidad y exquisitez. La comarca de la Serena es un entorno natural privilegiado, de pastos aromáticos, los cuales dan a la leche un sabor inconfundible.

La cadena de producción es propia: pastos, ganado, veterinarios, leche, laboratorios. Se tiene así conocimiento y control en todas las fases de elaboración del producto.

La leche, el cuajo animal y la sal son todos los componentes de nuestro queso Rabadamir, de sabor y aroma inconfundible.

Ordeño
Las hembras reproductoras son ordeñadas en las inmejorables condiciones de higiene. Se necesita la leche de 15 ovejas para elaborar un kilo de queso. La leche es recogida y conducida diariamente a la zona de producción. Aquí se analiza y se desecha aquella que no cumple los exigentes criterios de calidad de nuestra empresa.

Cuajado
Es la fase más importante en la elaboración del queso. Se añade a la leche cruda de oveja merina el coagulante para conseguir que la leche cuaje en el menor tiempo posible dándole una textura más compacta y obtener una cuajada más seca.
Maduración durante 90 días

En esta fase el cuajado se somete a determinadas condiciones de temperatura y humedad hasta alcanzar un grado de maduración y sabor óptimos.

La curación depende del punto de maduración; únicamente alcanzando la calificación queso semicurado aquellos que presentan una pasta cremosa que con la temperatura y humedad necesaria, pasado los 90 días consigue su punto de curación.

Las condiciones especiales de maduración, el cuidado y control diario a cargo de nuestros expertos artesanos, unas instalaciones con alta tecnología y sobre todo nuestra exigencia de calidad respecto a la calidad hacen posible que nuestro queso Rabadamir sea un alimento completo, natural y exquisito al paladar.

INFORMACIÓN ADICIONAL.